En plena pandemia, cuando la muerte y la enfermedad nos rodeaba y cuando estábamos en nuestras casas sin poder salir, pensábamos en el día en que todo esto terminaría.
Viviendo esta situación como enfermera en un hospital, esperas de corazón, y con muchas ganas, que todo termine; o que sólo sea una pesadilla. Por desgracia no fue así. Y hubo semanas que parecieron eternas.
Todo esto me hizo pensar: ¿Qué pasará cuando esto termine? ¿Volveremos a ser iguales? ¿Aprenderemos de esta situación? ¿Nos repondremos de ella?
Cuando todo esto acabe no voy a ser igual; pero tampoco quiero.
Quiero valorar los pequeños detalles, disfrutar y grabar los momentos importantes en mi memoria y corazón.
Quiero abrazar a los míos sin parar, jugar con mis sobrinos y tener tiempo de calidad.
Quiero recordar la importancia de los momentos de quietud en nuestras atareadas vidas, de pararnos y reflexionar en cómo estamos viviendo.
Quiero pensar en los demás, cuidar de mis amigos. Extender la mano al que lo necesita. Conocer y disfrutar de la gente que me rodea.
Quiero aprender de esta situación y cantar en medio de la tormenta.
Quiero que la indiferencia no sea mi respuesta.
Quiero valorar mi trabajo y hacerlo con excelencia.
Quiero aprender a no dar las cosas por sentado y ser agradecida.
Quiero decir te quiero sin reparos, y demostrarlo cada vez que tenga oportunidad.
Cuando todo esto acabe…
Quiero contribuir a que el planeta no se contamine de nuevo igual que antes; que pueda tener ideas para contribuir a que esto sea así.
Quiero vivir amando la naturaleza, disfrutando y valorando el aire libre. Ser consciente de la belleza de lo que me rodea, de aquello que a menudo no valoramos pero que, en estos tiempos, tanto hemos echado de menos.
Quiero valorar el trabajo de los que nos rodean porque, aunque ya lo sabíamos “en teoría”, esta pandemia nos ha recordado que TODOS SOMOS IMPORTANTES y que todos nos necesitamos; que trabajando, cada uno en lo suyo, hemos luchado juntos por los nuestros.
Quiero ser respetuosa con la gente, aun cuando no reciba el mejor trato.
Quiero ser compañía en la soledad, escuchar y estar cerca de los que más lo necesitan.
Quiero que aprendamos a vivir de manera consecuente, a hablar de las cosas relevantes, de nuestras inquietudes y miedos.
Cuando todo esto acabe, espero que recordemos que la política NO es, ni era, lo más importante. Que las discusiones estériles no nos aportaron nada, al igual que las enemistades y faltas de respeto. Que debíamos luchar por un bien mayor, por una batalla en común. Y esa batalla no era contra la oposición, sino contra el virus y las repercusiones de éste, que se estaba cobrando la salud y las vidas de muchos a nuestro alrededor.
Quiero que sepamos convivir y respetarnos, aún en las diversas opiniones. Sin rivalidades. Sin colores.
Cuando todo esto acabe…
Quiero llorar de pena y ser consolada. Pero también quiero consolar a otros y escuchar sus corazones. Quiero reír de alegría y que se me pueda ver; no solo intuir a través de una mascarilla.
Quiero compartir lo aprendido. Quiero seguir mirando por el bien común y no ser egoísta, como tiendo a ser.
Cuando todo esto acabe quiero seguir luchando porque es seguro que habrá repercusiones de esto: económicas, sociales, familiares, mentales y emocionales. Quiero ser parte activa de la solución.
Cuando todo esto acabe no voy a ser igual, ni tampoco quiero.
Quiero agradecer a Dios por haber estado conmigo en medio de esta situación.
Quiero hablar del Dios vivo que me cambió, me salvó y llena mi vida de esperanza, a pesar de las dificultades que puedan venir. El Dios que mando a su propio Hijo para remediar un problema mayor que el coronavirus.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su único hijo, para que todo el que crea en Él, no se pierda, sino tenga vida eterna” *
Quiero ver una sociedad cambiada desde el corazón. Y que el cambio comience por mí.
Cuando todo esto acabe no voy a ser igual, ni tampoco quiero. ¿Y tú?
*La Biblia en Juan 3:16
Ojalá hayamos aprendido algo de esta pesadilla. Besos