Hace 2 años… ESTADO DE ALARMA
Virus, incertidumbre, confinamientos, mascarilla, nueva normalidad, aislamientos…
Estoy segura de que recuerdas ver las noticias y de manera espeluznante darte cuenta de que, de pronto y por el bien de todos: TODO debía cambiar.
Si nos hubieran contado todos los estragos que un virus haría entre nosotros, nos hubiera costado creerlo.
Recuerdo el caos del hospital, el aislamiento de las personas, la separación. El traslado de aquí para allá del mobiliario, de los pacientes limpios/sucios, miradas furtivas de desesperación y trabajo en equipo. La obsesión por los circuitos y el no contaminarse, la continua desinfección al llegar a casa...
El COVID 19 nos pilló por sorpresa y sin las medidas apropiadas. Muchos de nuestros compañeros comenzaron a ponerse enfermos también. Intentamos cuidar de los más vulnerables, buscamos la manera de estar cerca de los que lo necesitaban, comenzamos a quedarnos todos en casa. Jamás podré olvidar las calles DESIERTAS y con un silencio sepulcral al salir a trabajar o al volver a casa. Totalmente apocalíptico.
Pero aquí estamos, después de surfear al menos 6 olas. A veces siento como que ha sido un mal sueño, que parece mentira que llevemos así 2 años, sin embargo, por momentos estoy súper cansada y siento que llevamos una eternidad con las mascarillas, las manos agrietadas hasta sangrar…
Durante estos dos años hemos seguido cuidando con cariño y dedicación de las personas que se ponían en nuestro camino. Hemos tenido el privilegio y la devastadora responsabilidad de estar al lado de los que más sufrían y aportar en los momentos tan importantes; haciendo enfermería de batalla, intentando llegar a todo, cuidar, aliviar y acompañar. En otros momentos cuando las olas se han relajado nos ha tocado ver los horrores después del coronavirus de enfermos crónicos muy deteriorados, cánceres que se descubren en momentos terminales donde tocan despedidas desgarradoras, de lo cual no hay palabras para describir el dolor…
Hemos pasado de los aplausos y la solidaridad a la conspiración y el olvido, al negacionismo y el menosprecio (no por parte de todos, eso es verdad).
Nunca quisimos ser héroes, ni lo somos ahora. Pero lo cierto es, que después de un esfuerzo sobrehumano, de ceder, de tener miedo, de luchar, de sufrir ansiedad, dolor, de llorar de manera incontrolable por la impotencia y el horror… Más que nunca la gente está quemada, quieren dejar su trabajo, están cansados de luchar y de las condiciones laborales.
Creo que deberíamos valorar el gran sistema sanitario del que disfrutamos y luchar porque siga así, por mantener algo tan valioso.
“De esto saldremos mejores”, esa fue la frase estrella en muchas de las ocasiones.
Pero me gustaría que al igual que yo, pudieras tomar un momento y pensar en todas las cosas que dijiste que harías y no has hecho: ser mejor hijo, decir a tu familia cuanto los quieres, no dedicar tantos esfuerzos para ganar más dinero, cuidar de las personas, esforzarte en los proyectos, cumplir los sueños que estén a tu alcance, vivir los momentos cotidianos con cariño, valorar las cosas pequeñas, quedar con los amigos, pensar en las cosas trascendentes, cuidar tu mente y tu espiritualidad, hacer deporte…
Hoy leéis estás líneas porque en esos momentos tomé la decisión de hacer este BLOG, en el que compartir con todos vosotros mi corazón y mi esperanza. A veces he sido constante, y en ocasiones lo he sido menos.
En medio de una pandemia mundial, cuando llegaba al trabajo (al único sitio donde iba cuando salía de casa), sentía que no podía cambiar las situaciones, pero que dentro de mi tenía una esperanza que debía compartir y una vocación que debía plasmar.
Quería amar más a la gente y compartir lo más grande de mi vida: Dios y lo que Él ha hecho por mi y por cada uno de los que me leéis.
Por ello hoy te animo a que mires atrás, recuerdes todo aquello que dijiste que no dejarías pasar la oportunidad de hacer
Ama, cuida, escucha, estate cerca, sé, aprende, disfruta, busca… Así, cuando vuelvas a mirar atrás podrás ver lo que sí ha cambiado en ti esta pandemia.