Buenas a todos/as, lo primero de todo quería felicitaros la Navidad (aunque con un poco de retraso), y por supuesto desearos una buena salida y entrada del año.
Que este año podamos estar cerca de aquellos que amamos, aprender, crecer, disfrutar y vivir con ilusión, a pesar de los altibajos que pueda haber.
Durante estos días de fiesta hay muchas ideas en mi mente, que surgen de observar lo que me rodea, de percibir miradas y de escuchar corazones. Gratitud, también inunda mi corazón cuando pienso en este 2021, a pesar de todos los baches del camino. Retos para el nuevo año. Reflexiones sobre la vida, sobre los cambios que me gustaría en mi vida, trabajo, familia…
Ahí va, mi lluvia de pensamientos, mis trazos de un cuadro que espero seguir completando, mis notas de una melodía que espero que suene en este nuevo 2022…
Me doy cuenta de que, a medida que voy cumpliendo años, hay situaciones en las que disfruto simplemente mirando desde fuera como si fueran escenas de películas que quiero preservar en mi mente. Mis sobrinos mientras duermen, observarles jugar, cómo interaccionan. Mirar y disfrutar de la paz de un bebé cuando le notas respirar en tu regazo, y si es por primera vez, puff la emoción quizá te hará llorar. Pero también cansarme persiguiendo al que tiene edad de querer conocer el mundo, que todo le llama la atención y por supuesto se niega a dormir, porque no se quiere perder nada de lo que ocurra. Ver con los ojos de los niños, con la ilusión de conocer el mundo. Eso que nos hace reaprender, con sus ganas de saberlo todo.
Ver a mi madre disfrutar de sus nietos y dar gracias de corazón, al recordar que Dios nos ha dado el regalo de tenerla entre nosotros, de aprender y disfrutar de ella. Poder cantar a voces canciones navideñas, leer juntos con ilusión la historia que nos transformó, la de la Navidad.
Pero después de recargar pilas, toca volver a la realidad. Lo cierto es que desde pequeña odio las despedidas, la separación…
Pero toca volver al trabajo. Ese lugar en donde puedo cuidar de tantas personas, aprender de ellas y ser alivio en medio del dolor. Mientras trabajo en distintos sitios del hospital, me encuentro con personas distintas, cada una con sus características, con sus manías, sus virtudes, su manera de ser y actuar. No nos vamos a engañar, hay veces que trabajas más contento dependiendo de con quién estés. También tenemos nuestros días, como todo ser humano.
Por eso, pienso en ¿qué diferencia hace que esté yo? ¿acaso mi actitud puede marcar la diferencia? ¿mi compañerismo puede hacer el trabajo más fácil? ¿mi cercanía y cariño aliviar el corazón del que sufre? ¿mi saber escuchar hace que algunos puedan compartir esas cargas pesadas que se llevan mejor entre dos? ¿acaso no se lleva mejor llorar con alguien? ¿aferrar la mano, a pesar de no poder abrazar por tanto COVID?
¡Me siento privilegiada! Tengo que confesar que a veces mis horarios, cambios de lugar de trabajo y la incertidumbre de no poder planificarte con antelación, me quema un poco. No digo que no haya que quejarse, o que las situaciones no debiesen ser distintas.
Simplemente que decido, cada día, cuidar con cariño a mis pacientes y poder hacer mi trabajo con la mayor excelencia posible. Y me siento privilegiada, por tener la oportunidad de hacer el bien, de poder influir y estar en momentos de la vida cruciales para los pacientes.
En mis reflexiones, mi mente se inundaba de gratitud al pensar en que Jesús fue tan importante, impactante, tan lleno de luz, de vida, de enseñanzas… Que su presencia en el mundo se hizo notar (y tanto, de ahí la Navidad). Pero, además, todo lo que hizo lo hizo con amor. Su vida transformó la mía, su muerte me libró de mi muerte eterna, su luz brilla en mi si le dejo… ¿No es el MEJOR REGALO que alguien podría imaginar?
Quizá este año 2021 ha estado lleno de cargas, de miedos, de incertidumbres. El apóstol Pedro en una de sus cartas dijo: “echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros”
Por último, en todos los retos, propósitos y metas que me proponga, sé que Dios está conmigo, acompañándome en este camino, en esta vida, que solo viviré una vez y que quiero aprovechar al máximo.
¿Cuáles son tus certezas acerca del 2022?
No sé que nos deparará el nuevo año, pero te deseo muchas alegrías, risas con los tuyos, tiempo de calidad y amor del bueno, de ese del que hace bien. Y si vienen problemas, fortaleza para sobrellevarlos, si penas, personas que te ayuden a seguir.
Un fuerte abrazo🤗 y Feliz 2022🎉⭐
Feliz año para ti también, tu marido y toda tú familia. Un abrazo de Marta y Diego.
Sigue así. Feliz 2022