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HUMANIDAD


Es el conjunto de seres humanos, pero también la capacidad de sentir afecto, compresión o solidaridad hacia los demás.


Así estamos diseñados y así vivimos. Rodeados de nuestros iguales y cercanos a ellos.


Vivimos en sociedad aprendiendo unos de otros, sumando, ayudando, sirviendo... Nos necesitamos para subsistir.


Siempre dicen que la enfermería tiene mucha calidad humana y es la realidad.


La verdad es que a pesar de todo lo que implica el cuidado a nivel de darse a los demás, de desgaste emocional, de dolor… Tratamos de aporta todos nuestros conocimientos y formación, con mucho amor y empatía, con una pizca a veces de humor, en ocasiones con lágrimas, pero intentando siempre aliviar, cuidar y estar cerca de nuestros pacientes.


Desde el momento en el que nacemos, los humanos pasamos una serie de etapas en las que vamos creciendo y desarrollándonos.


Hace poco hice limpieza y encontré muchos recuerdos. Encontré carpetas llenas de escritos, algunos de ellos eran reflexiones sobre las personas, cómo se sienten, cómo piensan o se comportan… Desde pequeña he tratado de aprender de los demás, me fascina escuchar historias, ver a los demás como se comportan, saber a que se dedican, ver como forman sus familias…


Reconozco que me encantan las personas, pero la niñez y la vejez son etapas que me apasionan.

Quizá porque están llenas de cambios, porque son muy diferentes. Pero aprendo barbaridad en las dos etapas.


Rodeada de niños soy feliz. Con un bebé podría observarle durante horas, sus expresiones, como come, como respira… Me admira el milagro de la vida y como se aferran a tu mano cuando se la das. Cuando van creciendo me despierta emoción ver como descubren el mundo, como empiezan a forjar su carácter, a reflexionar, a leer todo lo que encuentran y sin darse cuenta son capaces de ayudarte en los momentos más difíciles y alegrar los días más oscuros.


Por otro lado, están nuestros mayores, algunos con mucho vigor, otros con algún que otro achaque, pero de todos podemos aprender. Hace un par de meses tuve la oportunidad de hablar con una paciente y que me contara sus viajes y voluntariados (tenía 75 años), desde que se habían jubilado había visitado más de 15 países. Podéis suponer las lecciones que había aprendido y cómo nos llenaron de emoción sus historias.


Me emociona poder trabajar con personas, aprender de ellas y poder influir en sus vidas. Aportar y recibir.

Creo que resume muy bien como debemos ser en el día a día una frase de la Biblia que dice: “Así que en todo tratad a los demás tal y como queréis que ellos os traten a vosotros.”1


Me gustaría que pensaras en que, aunque a veces desgaste el trabajar con personas (no nos vamos a engañar, porque es así), tienes en tu mano aprender, escuchar, crecer, construir, amar… Te aseguro que merecerá la pena. Quizá no te des cuenta de la huella que dejas en los demás, pero lo haces.


Sin duda alguna la humanidad de la que formamos parte sería mejor si todos tuviéramos más humanidad para cuidar, estar y ser mejores con los demás.



1Mateo 7:12




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