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LA SOMBRA DE LOS QUE QUEDARON ATRÁS


La sombra se ciñe sobre nosotros cuando la muerte tambalea nuestras vidas.


Durante los últimos meses esa sombra se cierne de manera constante, dolorosa y por desgracia, numerosa.


Cuando esto ocurre, el dolor conquista nuestro corazón y las lágrimas se vuelven nuestras compañeras en medio del viaje que nos queda por delante sin aquellos que nos dejaron.


Las fotos se vuelven tesoros, para poder revivir momentos, para poder viajar en el tiempo.

Los olores nos transportan a los brazos de esa persona…

En el día a día se nota el vacío, se siente la ausencia, los recuerdos a veces duelen, otras veces son un bálsamo a nuestro herido corazón, y agradeces los momentos vividos, las lecciones aprendidas…

Y repasas una y otra vez el sonido de su voz, cada vez más tenue, y recuerdas la calidez de su sonrisa, el tacto de sus abrazos…


Hace muchos años, en un monte, la sombra de una Cruz se ciñó sobre una madre y sus amigos. Sus corazones se llenaron de dolor, desesperanza y sin sentido ¿Cómo podía todo acabar así?


La tristeza inundó sus corazones, todo parecía haberse venido abajo

El dolor por la pérdida de su amado maestro, de su hijo preciado, de su referente: de Jesús, hizo que sus corazones se llenaran de una mezcla de incertidumbre, decepción, miedo…

Todo quedó en silencio y a mediodía el sol, se oscureció.


DOLOR. MUERTE. DESESPERACIÓN. SILENCIO.


Pero tres días después la sombra de la muerte se llenó de LUZ y de esperanza.

Él volvió a vivir, venciendo a la MUERTE.


¿Imaginas poder ver de nuevo a quién más echas de menos? ¿Y si pudieras abrazar de nuevo, escuchar su voz, ver su sonrisa…?

Mientras vivas en esta tierra, con mucho dolor, no podrá ser así, la ausencia estará presente. Es inevitable echar de menos, y que el peso del dolor y la pérdida inunde nuestros corazones.


Pero al final la sombra terminará, la luz vencerá las tinieblas, la vida triunfará sobre la muerte, la tristeza se cubrirá con alegría… y de nuevo, podremos abrazar y ver a aquellos que nos dejaron con su confianza puesta en Dios.


¡Gracias Cristo, por vencer la muerte!


Gracia a Él, la sombra solo será temporal.


Un día, la Luz volverá y lo inundará todo.

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