El jueves pasado, día 18 de febrero, llego a Marte Perseverance, al cráter Jezero. El lanzamiento del robot fue el 21 julio de 2020.
Su misión que durará un año marciano (dos terrestres aproximadamente) consistirá en transmitir datos y recoger muestras que se puedan recoger en misiones posteriores.
Además, recogerá imágenes de vídeo e incluso sonido. Un robot que contiene alta tecnología capaz de realizar numerosas y complejas tareas.
Lo cierto es que es INCREÍBLE y fascinante leer y ver cómo avanza la tecnología y cómo el hombre ha sido capaz de diseñar y crear tal tecnología, además de ejecutar una misión de tal envergadura. Te animo a visitar la página de la NASA (https://mars.nasa.gov/mars2020/) dónde puedes ver los emocionantes vídeos, la maquinaría en simulación, e incluso ponerle rostro a muchas de las personas que trabajan detrás de esta misión.
Estos acontecimientos me han hecho pensar en bastantes cosas:
Lo primero en la capacidad de crear, la inteligencia y el diseño que podemos llegar a desarrollar. Esto apunta a que somos capaces de reconocer inteligencia, creación y a la vez admiración por aquellos que lo llevan a cabo.
Por otro lado, me fascina como la ciencia avanza hasta el punto de que podamos descubrir el universo que nos rodea, deleitarnos en ver fotos a millones de Km…
Pero, por otro lado, me hace mirar hacia partes de nuestro planeta tierra, lugares donde no hay una sanidad decente, donde los niños aún tienen que trabajar duro para poder comer, lugares donde los derechos humanos son una utopía y no hay respeto por la dignidad humana.
Me hace pensar qué fácil es quejarse, pero no agradecer.
Me hace pensar en que muchas veces nos entretenemos mucho y nos esforzamos poco.
Me hace pensar en TODO lo que podríamos llegar a ser, lo que podríamos transformar.
Me hace pensar en los problemas que podríamos arreglar, mitigar, o minimizar: la contaminación, la pobreza, la desesperanza, las injusticias, la desigualdad…
Ver más allá de nuestro planeta también nos hace darnos cuenta de lo pequeños que somos en la inmensidad, pero de las grandes capacidades que hemos recibido, de los grandes regalos de los que nos beneficiamos.
Todo ello me hace querer avanzar, crecer, y poder colaborar para que este mundo sea mejor.
¿Qué pasaría si dejáramos de ser espectadores y fuéramos protagonistas del cambio? ¿A qué dedicaré mi vida para que sea relevante? ¿Qué pasaría si dejáramos de ser tan egoístas? ¿Qué pasaría si amásemos a nuestro prójimo cómo a nosotros mismos?
Respecto a la misión en Marte ¿y si encuentran vida microbiana antigua? Pero ¿y si no la encuentran?
Lo cierto es que vivimos en un mundo lleno de incógnitas, pero hemos sido diseñados con curiosidad y capacidad de fascinarnos al descubrir lo que nos rodea.
Tenemos la capacidad de crear, de imaginar, de observar y reproducir las cosas fascinantes en ciencia, medicina…
Sin embargo, en medio de todo esto además tenemos capacidad de amar, de cuidar, de empatizar, de preocuparnos por los demás…
¡Qué bonito vivir en un mundo tan fascinante que descubrir!
¡Qué privilegio que podemos ser protagonistas del cambio!
Me emociona pensar en Dios, en cómo nos diseñó para disfrutar, aprender, desarrollarnos, crear, amar, cuidar…
La maldad ha producido muchos estragos en el mundo en el que vivimos, pero ¿acaso no puedes ver destellos de un creador amoroso que desea conocerte? ¿y si descubrieras que en un universo tan inmenso y fascinante eres importante para su creador?
Nosotros esta semana hemos sido testigos de la llegada a Marte, pero ¿y si hoy pudieras TÚ ser beneficiario de cuánto Dios ha llegado a aMarte?
Gran reflexión sobre lo que es el espacio y el interés del hombre en el. Que nunca acepté, gastar sin límite y no mirar la forma de mejorar tu entorno actual. Todo puede estar en lo imposible que nos resulta cumplir: Ama a tu prójimo como a ti mismo. Y no hagas lo que no te gustaría que te hiciesen! Bendiciones.