En medio de las situaciones de dolor, pérdida, sufrimiento y lejanía, lo vemos todo muy negro. Nos parece que la oscuridad nos invade, que el dolor nos consume… nos parece que nunca llegará la luz.
Sin embargo, después de la oscuridad viene la claridad. La noche da lugar al día. La tormenta a la calma. El ruido al silencio.
Muchos días, al despertar ves todo tan triste, tan gris, la desgana te llena…
En ciertos momentos de la vida en el que solo nos centramos en la dificultad a la que nos enfrentamos, dejamos de ver la vida en todos sus matices.
En mi día a día como enfermera, cuando el desánimo se apodera de mí, cuando el dolor es fuerte, o simplemente la falta de ganas. Solo me hace falta entrar a la habitación de un paciente, y es entonces, cuando mis problemas se minimizan, cuando lo negro se vuelve un gris que agradecer.
Es en ese momento en el que valorar la lluvia que tu tienes, y no la tormenta que otros están navegando.
Es en ese momento en el que te das cuenta de todo lo que tienes y muchas veces no valoras.
Cuando sabes que podrás abrazar a tu madre de nuevo, aunque el COVID te lo impida por un tiempo, porque has tenido que ver a alguien que en esta vida no lo volverá a hacer.
Cuando te das cuenta de que tienes tanta salud, a pesar de los dolores de cabeza, espalda… Entonces tu oscuridad se ilumina y se tiñe de un color gris mucho más claro, más llevadero.
Cuando te das cuenta de que tienes tanta gente que te quiere y te apoya, a pesar de que en estos momentos eches de menos sus abrazos, su presencia. Pero ser consciente de ello te hace mirar con gratitud tus grises casi llenos de color por todas las personas con las que cuentas.
Pero muchas veces esos matices de grises se llenan de trazos de tanto color.
La oscuridad se desvanece por la brillante luz, es entonces dónde palpas las texturas, disfrutas los sabores, los colores, los olores…
Me recuerda un versículo precioso que dice Jesús: “Yo he venido para que tengan vida, y vida en abundancia”*, y para ello Jesús tuvo que pasar la mayor oscuridad, la soledad más profunda y el dolor más intenso. Para darte vida, a través de su muerte, y esperanza a través de su resurrección.
Deja que Jesús tiña tu vida de color. Que cuando la oscuridad parezca vencer, los matices de grises creen un precioso cuadro y la oscuridad se llene de luz.
*La Biblia: Juan 10:10b
Es muy bonito todo lo que escribes