Héroe: Persona que se distingue por haber realizado una hazaña extraordinaria, especialmente si requiere mucho valor.
Estamos acostumbrados a ver héroes con capa, con súper poderes. A todos nos gustaría que esa ficción se convirtiera en realidad. Sin embargo, a veces no valoramos las hazañas extraordinarias que realiza gente común y corriente y en las que se requiere de mucho valor.
Esta pandemia ha puesto en evidencia a muchos de ellos.
Muchas profesiones han sido parte de sostener a la sociedad en un momento de crisis sanitaria, pero también social.
Desde los agricultores y ganaderos, transportistas, taxistas, personaL de limpieza, basureros, todo el personal de supermercados, farmacias, psicólogos, fisioterapeutas, las fuerzas de seguridad del estado, las personas que siguieron cuidando de nuestros mayores, profesores y su adaptación y persistencia, aquellos que teletrabajaron para que todo continuara, y nuestros niños que fueron un ejemplo de responsabilidad y trabajo. (Seguro que se me olvida alguno, lo siento, que se dé por aludido).
A pesar de que en muchos momentos sentimos que nuestras vidas se iban a paralizar o que no habría suministros suficientes, cada persona y trabajador aporto ese valor de salir a trabajar, de aportar a la sociedad, y de cuidar a los que le rodeaban.
Como parte del personal sanitario puedo decir que nos hemos sentido apoyados en estos momentos difíciles. Hemos recibido la gratitud de muchos de vosotros con aplausos, donaciones, y muestras de estar ahí. Os hemos sentido cerca.
Sin embargo, lo hemos conseguido juntos. Ese aplauso va por todos.
Pero de manera personal quiero hacer una mención especial a mis compañeros sanitarios y no sanitarios de los hospitales, en especial a mis compis del Hospital del Henares.
En esta crisis sanitaria, ha habido muchas dificultades, empezando con el mareo, desmayo, dolor y dificultad de trabajar con un EPI. Pero eso ha sido lo de menos. El día a día ha sido complicado, porque la realidad que se ve por televisión no es la misma que se vive a pie de cama.
Porque no es lo mismo las cifras que poner caras.
Porque no es lo mismo pensarlo que vivirlo:
Cuando pese a todos los esfuerzos por mantener estable a un paciente, estar a su lado, darle esperanza… Al final tienes que acompañarle en su último aliento.
Cuando debes estar al lado de un familiar que no ha podido despedirse y tu corazón también se rompe.
Cuando llegas a casa después de desinfectarte cada día , pero estas apartado de los tuyos por miedo, sin dejar que tus hijos te abracen, ni te den besos.
Cuando dejas a tu bebé en casa de tus padres para que lo cuiden mientras trabajas y, por miedo a que ellos se contagien, lo dejas con ellos un tiempo, mientras lo echas de menos y lloras no poder estar con él.
Cuando te contagias cuidando de otros y tu hijo aprende a andar mientras tú estás encerrada en tu habitación.
Cuando por las noches no puedes dejar de tener pesadillas y llorar desconsolada en muchas ocasiones.
Cuando se te quita el hambre o con la ansiedad no paras de comer.
Cuando alguien de tu familia se contagia, e incluso fallece, pero tu sigues dando la talla por aquellos que aún siguen vivos.
Cuando en medio de todo esto tienes una sonrisa, un momento de escuchar, una palabra de consuelo, el tiempo para hacer una vídeo llamada…aunque al salir por la puerta acabes llorando.
Cuando comienzas a tener obsesión con todo lo que tocas y al llegar a casa tienes todo un protocolo de desinfección.
Cuando en tus días libres estás hecho polvo y temes volver, pero a la vez deseas ir y ayudar a tus compañeros y cuidar de los pacientes.
Mientras escribo todo lo anterior, pienso en compañer@s con nombres y apellidos.
Y estoy agradecida por haber peleado esta batalla cerca de gente que ama lo que hace, que se esfuerza, y da lo mejor de sí mismo. Eso lo hacen siempre, pero ahora con más valor, con más valentía, y a costa a veces, de su propia salud.
Mano a mano, luchando contra el virus.
Escribo estas letras porque a pesar de que me hubiese gustado que esta situación no hubiera tenido lugar, he sido afortunada de tener un equipazo a mi lado. Me refiero a la 0B. Sí, a todos vosotros.
Gracias por apoyarme, ayudarme y enseñarme. Porque hemos podido consolarnos, entendernos y desahogarnos.
Gracias por los momentos de llegar pronto y meteros a lo sucio a ayudar, por dejar todo listo muchas veces o preocuparos por nuestras familias.
Gracias por impulsarme en medio de mis miedos y sentir vuestro apoyo en estos momentos tan difíciles.
Si ya me sentía afortunada antes de la pandemia, después, no tengo palabras.
Doy gracias a Dios por todos vosotros, por vuestro valor y vuestras hazañas, por los logros conseguidos juntos. GRACIAS DE CORAZÓN. Vuestro valor ha revelado lo que sois: Héroes.
En medio de toda esta situación quiero mencionar a mi héroe favorito.
El tenía todos los poderes. Hubiera sido capaz de volar, de tener una fuerza mayor que ninguno, e incluso demostró su poder para sanar enfermedades, calmar la tempestad… Sin embargo, “Jesús no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos” *
Jesús, tu eres mi Héroe, porque fuiste capaz de morir pagando por mi pecado para que la muerte no sea mi final.
*La Biblia en Marcos 10.45
Que bien describes los sentimientos