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Vivir en un mundo inseguro


¿Imaginas un mundo en el que no existieran peligros porque no hubiera maldad?


Hace unos días nos llegaba la noticia de que habían escapado unos presos peligrosos de la cárcel de Valdemoro.

Todos nos preguntamos: ¿Cómo puede ser? ¿Qué ha ocurrido? ¿por qué no se contaba con la seguridad pertinente y el número de personal adecuado? ¿Qué pasaría si me los encontrase yo?


La seguridad es una de las necesidades básicas del ser humano. Sentirse protegido, no tener que vivir con temor e inquietud. Cuando ello nos falta, sentimos inestabilidad.


Vivimos en un mundo donde no hay ausencia de peligros o riesgos.

Intentamos poner el orden a través de las fuerzas de seguridad del estado, alarmas en las casas, los coches, cámaras de vigilancia…


Pero por desgracia nadie nos puede asegurar que no tengamos peligros, o que a nosotros y a nuestros seres queridos no nos va a ocurrir nada.


En estos momentos, en la sociedad, la inseguridad nos rodea. De la mano de los políticos, e incluso de los más prestigiosos científicos. ¿Qué nos deparará el futuro? ¿Habrá de verdad una vacuna que nos ayude a volver a la normalidad?


Tenemos inseguridades en el trabajo, ¿seguiré teniéndolo? ¿acabaré en un ERTE? ¿cómo llegaremos a fin de mes?

Tenemos inseguridades en la familia. Si tienes hijos, por tener la responsabilidad de velar por su seguridad, por su bienestar, pero aunque queramos, el mundo está lleno de riesgos y con ello el riesgo de que sufran y a consecuencia, sufrir tu.

Pero también nos da inseguridad como hijos, una enfermedad que cause dolor o que haga olvidar a un padre a su propio hijo.

Inseguridad al temer perder el amor de alguien.

Inseguridad al escoger un nuevo camino, porque no dejamos de cuestionarnos ¿cuál será la mejor decisión? ¿estaré escogiendo la mejor opción? ¿y si me estoy equivocando?

En muchas ocasiones me hubiera gustado que alguien me dijera: ¡Haz esto! O, ese camino es el correcto. Pero, por otro lado, no nos gusta que nos digan lo que tenemos que hacer, porque en medio de las incertidumbres se crece, se madura. E incluso en medio de las equivocaciones se nos va forjando el carácter.


Por ello me gusta pensar en que los límites nos dan seguridad, y las certezas nos hacen estar firmes en medio de la tempestad que causa en nosotros la inseguridad.

La seguridad es como un ANCLA que en medio del tambaleo de la tormenta, mantiene el barco a flote.


Ten por seguro que Dios está interesado en ti, porque mando a Jesús, su propio Hijo, a quién más amaba, para salvarte (Juan 3:16)

Ten por seguro que, si pones tu confianza en Dios, y pides perdón por tus pecados, Dios te perdona y promete darte vida eterna. Créelo, porque Dios nunca miente, el cumple lo que promete.

Ten la certeza de que nada, ni nadie nos puede separar del amor de Dios (Romanos 8:38-39), y eso ¡Lo cambia todo!


En medio de mis inseguridades y mis incertidumbres, sobresale una certeza que lo cambia todo. Dios nos ama y quiere estar cerca de nosotros.


¿Quieres experimentar la calma en medio de los difíciles temporales de la vida?


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